LAS BACTERIAS INTESTINALES, TAN IMPORTANTES PARA NUESTRA SALUD

Primal Harvest
23 de marzo de 2022
Bacterias intestinales

El intestino humano alberga billones de bacterias: el microbioma. Se supone que esto previene enfermedades, evita la obesidad e influye en la mente. ¿Pero puede ser esto realmente cierto?

Residen en la oscuridad perpetua, no se pueden ver a simple vista, no son especialmente apetecibles... y actualmente son uno de los objetos de investigación más interesantes: Microorganismos en el tracto digestivo humano. Numerosos científicos creen que desempeñarán un papel importante en la medicina del futuro. Con su ayuda, quieren que la gente esté más sana, cambiando la composición de la flora intestinal.

¿Qué son las bacterias intestinales y por qué ellos tan importante

Las bacterias intestinales son conocidas desde hace tiempo como ayudas digestivas para el ser humano. Producen enzimas que descomponen los componentes de los alimentos que de otro modo serían inutilizables -como la fibra dietética- en componentes que pueden ser absorbidos por el organismo. Hoy sabemos que los microbios también actúan, entre otras cosas, como compañeros de entrenamiento del sistema inmunitario y, por tanto, garantizan el correcto desarrollo de las defensas del propio organismo. Su enorme masa impide que los patógenos se propaguen en el tracto digestivo. La flora intestinal intacta también es importante para la función de la barrera intestinal. Esto se debe a que controla qué sustancias entran en el intestino desde el cuerpo y viceversa. Estas bacterias descomponen los alimentos, forman vitaminas, neutralizan las sustancias tóxicas y transforman los medicamentos para que sólo hagan efecto a posteriori.

Procesos - donde las bacterias en el intestino puede ayudar

El microbioma tiene tareas tan diversas que ahora se le denomina a menudo un "órgano dentro de un órgano" o incluso un "superórgano". La lista de enfermedades en las que se dice que la flora intestinal está implicada de alguna manera también crece constantemente. Las principales son las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, la obesidad, la diabetes y las enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple. También se dice que la flora intestinal desempeña cierto papel en el desarrollo de enfermedades como la depresión y el autismo. Algunos científicos ya se preguntan cuándo será posible curar enfermedades interviniendo en el microbioma.

La población microbiana es impresionantemente adaptable. Por ejemplo, su composición cambia en 24 horas si una persona que lleva una dieta principalmente vegetariana consume de repente muchos productos animales. El efecto se produce a la inversa cuando se pasa de una dieta centrada en la carne a una vegetariana. Además, las bacterias intestinales producen una serie de sustancias activas que entran en el torrente sanguíneo a través de la pared intestinal, incluyendo sustancias neurológicamente activas como las "hormonas de la felicidad", la dopamina y la serotonina. Esto sugiere que existe una conexión entre el microbioma y el cerebro que repercute en el comportamiento, el estado de ánimo y, por tanto, en enfermedades mentales como la depresión. Como mínimo, hay indicios iniciales de que la típica dieta occidental -poca fibra, mucha grasa animal y proteínas- podría reducir la diversidad de gérmenes en el intestino. En este caso, las bacterias que producen trimetilamina podrían proliferar. Se sospecha que esta sustancia aumenta significativamente la probabilidad de padecer arteriosclerosis y, por tanto, de sufrir infartos y derrames cerebrales.

Tipo de bacterias intestinales

Bacterias intestinales

 

En el intestino de una persona viven al menos 160 especies de bacterias intestinales. La composición es ligeramente diferente para cada persona.

Por ejemplo, un vegetariano tiene una flora intestinal diferente a la de una persona que come carne. Se sospecha que el ejercicio también influye en la composición de las bacterias gastrointestinales. Por cierto: el microbioma tiene un tiempo de reacción muy rápido: si una persona que, por lo demás, es vegetariana, come de repente mucha carne, la colonización intestinal ya parece diferente al cabo de 24 horas.

La bacteria intestinal más conocida es probablemente la Escherichia coli, que se encuentra en todos los intestinos humanos. Producen, por ejemplo, vitamina K. Sin embargo, también hay bacterias coliformes especiales que pueden provocar diarrea. Por lo tanto, existen serias diferencias incluso dentro de la misma familia bacteriana. Todavía se está trabajando en una diferenciación precisa entre bacterias intestinales "buenas" y "malas". Por ahora, podemos decir que estas bacterias son beneficiosas para la salud:

Los lactobacilos, las eubacterias y las bifidobacterias suelen tener efectos positivos para la salud, por lo que suelen utilizarse para reforzar la flora intestinal. Los enterococos, las enterobacterias o los clostridios, en cambio, son ejemplos de gérmenes intestinales nocivos. Sin embargo, muchas de las plagas también se encuentran en los intestinos de las personas sin síntomas, lo que no simplifica su clasificación. El hecho de que haya un gran número de cepas diferentes de algunas especies bacterianas -algunas de ellas peligrosas, las otras no- es también un reto para descifrar el microbioma.

Cómo apoyar a las bacterias del intestino

Las personas que siguen una dieta equilibrada y rica en fibra pueden ahorrarse muchas pastillas, ya que una flora intestinal intacta tiene un efecto positivo en la salud. ¿Qué se puede hacer para tener un microbioma intacto? En el intestino humano, sobre todo en el colon, hay miles de millones de bacterias. Los microorganismos, entre los que se encuentran los probióticos y los prebióticos, conforman la flora intestinal natural, también llamada microbioma. Un microbioma intacto es extremadamente útil para el organismo: por ejemplo, las bacterias intestinales ayudan a utilizar los componentes de los alimentos, evitan la propagación de patógenos en el intestino y favorecen la función de nuestro sistema inmunitario.

La flora intestinal también estimula los movimientos intestinales y produce vitamina K, que es importante para la coagulación de la sangre. Sin embargo, está claro que el estrés o la toma de antibióticos pueden provocar un desequilibrio en la flora intestinal. Un equilibrio alterado de las bacterias intestinales -como un crecimiento excesivo en el intestino delgado- puede provocar importantes problemas de salud. Los probióticos son preparados que contienen microorganismos viables, por ejemplo, bacterias lácticas y levaduras.

Los prebióticos, por su parte, son componentes alimentarios no digeribles que promueven el crecimiento y la actividad de las bacterias en el intestino grueso, como las fibras alimentarias como la inulina y la oligofructosa. El efecto positivo sobre la flora intestinal se atribuye sobre todo a los llamados probióticos. Los probióticos son, por así decirlo, los habitantes deseados del intestino. Con la ayuda de estas bacterias, algunas de las cuales son también hongos de levadura, se puede apoyar la función de barrera del intestino y evitar los gérmenes. Algunas de ellas producen sustancias valiosas, como los ácidos grasos de cadena corta, como el butirato o el propionato, que, según los estudios, mantienen sanas las células nerviosas, entre otras cosas. Estos microorganismos se encuentran de forma natural en productos de ácido láctico como el yogur, el kéfir y el suero de leche, pero también pueden encontrarse en alimentos enlatados como el chucrut, los encurtidos y el kimchi. Además, los probióticos están disponibles en forma de cápsulas y gotas, que se utilizan como medicamentos y a menudo pueden comprarse sin receta. El requisito básico para que los probióticos tengan un efecto beneficioso para la salud es que las bacterias y levaduras utilizadas acaben en el lugar que les corresponde. Para que esto ocurra, deben estar presentes en cantidades suficientemente grandes en los alimentos o medicamentosen Deben sobrevivir al paso por el estómago y el intestino delgado y prevalecer sobre las bacterias que predominan en el intestino grueso.

Además, su efecto depende del cuadro clínico y de la cepa bacteriana utilizada; no se puede generalizar. Para conseguir un efecto positivo en la flora intestinal, los probióticos deben tomarse en cualquier caso con regularidad, según los estudios, a diario y durante semanas.

En cambio, en una persona sana, una dieta saludable con verduras y cereales integrales suele ser suficiente para que el microbioma esté en equilibrio. Además de los probióticos, los prebióticos también tienen un efecto beneficioso para la salud del intestino.

Sin embargo, a diferencia de los probióticos, no se trata de microorganismos, sino de fibras alimentarias que no son digeridas por el organismo. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, ingredientes vegetales como la inulina y la oligofructosa. Algunas de las bacterias intestinales buenas acaparan literalmente los prebióticos, los utilizan preferentemente y pueden así multiplicarse. Los alimentos prebióticos aseguran que las bifidobacterias, en particular, se sientan muy cómodas en nuestros intestinos. Esto hace más difícil que las cepas patógenas de bacterias como los clostridios y ciertos tipos de E. coli se multipliquen en el intestino. Además, los prebióticos ayudan a combatir la lentitud intestinal, la diarrea y el estreñimiento.

Algunos fabricantes de alimentos añaden prebióticos a productos como la bollería, los zumos de frutas y los embutidos para hacerlos más ricos en fibra y, por tanto, más "saludables". Pero la naturaleza nos proporciona suficientes: por ejemplo, los prebióticos se encuentran en la achicoria, la alcachofa de Jerusalén, la cebolla, el ajo, el salsifí, las alcachofas y los plátanos. Sin embargo, según los estudios, es necesaria una cantidad de unos cinco gramos al día para que los prebióticos sean eficaces. Para la dieta, esto significa varias porciones de verduras, por ejemplo en forma de ensalada, guarnición, sopa o zumo.

Si quieres apoyar a tus bacterias gastrointestinales en su actividad, lo siguiente se aplica en resumen:

  1. Comer sano

No tienes que dejar la carne por completo. Sin embargo, un rico en plantas Sin embargo, una dieta rica en plantas ofrece las mejores condiciones para un microbioma saludable. Según la Iniciativa para una Nutrición Saludable y más Actividad Física en Alemania, las recomendaciones generales a este respecto son: comer muchas frutas, verduras, hierbas y especias de colores, ya que los agentes colorantes promueven especies bacterianas saludables. También debes llevar una dieta rica en fibra, ya que tus bacterias intestinales se nutren de ella. Todas las comidas deben incluir verduras, frutas y cereales integrales.

  1. Uso de prebióticos

Los prebióticos son componentes alimentarios que promueven el crecimiento de bacterias intestinales saludables. Se encuentran, por ejemplo, en las alcachofas, los espárragos, las achicorias, los plátanos verdes, el ajo, las cebollas, las chirivías, el trigo integral, el centeno, la avena y los puerros.

  1. Probióticos naturales

El yogur, el kéfir, el suero de leche y el chucrut contienen bacterias lácticas saludables que nuestros intestinos pueden aprovechar. Así que disfruta de deliciosos productos de leche agria todos los días.

LOS PROBIÓTICOS PUEDEN AYUDARTE A LIMPIAR Y DEPURAR TU INTESTINO. CONOZCA MÁS SOBRE LOS PROBIÓTICOS EN NUESTRA PÁGINA DE PRODUCTOS

Compartir